Reconozco que la primera vez no le cogí el gustillo a eso de Twitter (ya ha llovido desde lo que probé por primera vez). Eso de contar si estoy aburrido o contento o con frío o calor a "no se sabe quién" no me pareció atractivo. Era como un IRC (que es síncrono) pero en diferido.
Ayer (en una conversación telefónica) me convenció Jimmy Pons de que tenía que probarlo de nuevo. Ando en ello, y ya he encontrado vía vagabundia un montón de usos curiosos, que enlazo aqui por su originalidad.
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